Llevar al estudiante a un conflicto cognitivo puede ser una manera de hacerle ver que los conceptos o métodos que maneja no son los adecuados para llegar a una conclusión satisfactoria en la resolución de un problema. Aparte de las discusiones en un ambiente de aprendizaje colectivo y el uso de juegos matemáticos, las situaciones matemáticas deben portar elementos que favorezcan un conflicto y faciliten el enfrentamiento de los conocimientos anteriores con nuevos conocimientos a adquirir. Asimismo, los maestros necesitan tener experiencias directas con este tipo de actividades en su nivel antes de aplicarlas en sus clases. En este artículo reportamos los resultados de una investigación que involucró la aplicación de una actividad de criptografía a grupos de maestros donde los conceptos de conjuntos y operaciones binarias entraron en juego.